martes, junio 6

Pieces - Sum 41

Alvaro despierta, la oscuridad se acuerda que aun le pertenece y el frió recorre el solitario piso de su departamento. Su rutina comienza con un entrenamiento matutino, un baño y salir a hacer lo que le tenga deparado el día. Algunos días siente que no puede más, pero otros días le dejan el inmenso pasar de la horas. Su vida es vacía, no tiene una musa a quien amar. Aun no lo sabe, pero una pequeña estrella empieza a circundar su vida.


 Mantiene contacto con una amiga de la universidad, esto a pesar que Alvaro ya termino hace tres años. Alvaro, no sabe lo que siente, lo único que sabe es que sus mensajes le dan calor a sus fríos días. Jordana, no sabe lo que Alvaro piensa, no sabe cuando se atreverá y si esto lo hará antes de que viaje. Alvaro ha perdido tanto, que le cuesta abrirse a los demás, ha desarrollado un temperamento frió, calculador y cínico. La coraza de Alvaro lo protege de las penurias del desamor, pero también de las alegrías del nuevo amor. Alvaro, solo sabe que  hablar con Jordana le trae tranquilidad y se siente bien. 


Alvaro no puede pensar mas, escapa a entrenar y ocupar su mente. Antiguamente, su escape era  en cada cerveza del fin de semana, las lujuriosas posibilidades que le ofrece la vida nocturna. Pero este escape tiene una gran debilidad, los días siguientes. Los días que transcurren entre la semana, se tornan insípidos y en un constante recordatorio de que esta completamente solo. Esos días quedaron atrás, Alvaro encontró en el entrenamiento una nueva distracción, por un momento su mente esta enfocada en algo.

Jordana, piensa, escribe y se pregunta que esta pasando entre ambos. Alvaro, sonriente responde y se pregunta que pasa. Ambos están tan cerca y tan lejos, no saben que pasa pero quieren continuar.

Antes de Jordana, la vida de Alvaro ha estado llena de altibajos, por un breve momento se siente tranquilo. Sabe que hay alguien ahí, que lo escucha y que lo considera algo. 
Pronto, otra mujer le empieza a escribir, su celular reacciona y es un mensaje que pide verlo.

Pamela, un viejo interés amoroso de Alvaro, necesita de su risa y calor. Son más que amigos, son amantes sin nombre, son cazadores de besos. Alvaro, decide aceptar la invitación y ambos quedan en encontrarse en el departamento de Pamela. Alvaro, lleva un vino y piensa que esa noche será una más de tantas otras. Mientras maneja hacia el departamento de Pamela,  su celular vibra con los mensajes de Jordana. Algo dentro de Alvaro, piensa en no hacerlo, darse media vuelta y confesarle su amor a Jordana. 

Alvaro,  se estaciona y apaga su celular, llega hacia donde reside Pamela.



Alvaro, entra a su departamento, se saludan, comparten el vino y en sus ojos se nota la necesidad de estar juntos. Sus manos se van poco a poco acercando, mientras Pamela le cuenta los desamores de su vida, una vida que dejo en Francia. Alvaro, solo escucha, no dice nada, se ríe y piensa que Pamela no es lo que esta buscando. Alvaro, ya ha estado incontables noches junto a Pamela, pero cada vez se da cuenta de que no son compatibles y que lo único que comparten son los placeres de la carne. Alvaro, se aburre, besa a Pamela, entre labios ella le dice que le extraña. Alvaro la arrincona contra el sofá, no hay nadie en que pueda detenerlos. Pamela comienza a morderle el cuello, Alvaro explota y llega a un punto sin retorno. 

Pamela se postra sobre las piernas de Alvaro,  el solo sigue el juego mientras sus manos comienzan a recorres sus zonas comunes. Las prendas comienzan a salir disparadas, el sofá se va recargando de calor, humedad y suspiros. Pamela, sabe lo que le gusta a Alvaro y este sabe lo que vuelve loca a Pamela. Ambos se conocen más de lo que quisieran.  Las manos de Alvaro son como fuego ante la piel de una desnuda Pamela, que entre jadeos solo piensa en el momento. Sus cuerpos se entregan a una danza de desnudes, lujuria y excitación. Ambos, no se han dado cuenta que aun se encuentran en la sala, la ventana del décimo quinto piso deja ver hacia el infinito. Las luces prendidas iluminan su prohibido ritual. Se trasladan hacia el cuarto de Pamela, las luces prendidas dejan ver dos seres conviertiendose en uno solo. Mientras los gritos, jadeos y gemidos se van tornando mas intensos. Los dos caen rendidos ante el cansancio y la noche. Las horas suelen volar cuando ambos están juntos. Pamela, necesitaba eso, olvidar por unas cuantas horas el amor que siente hacia otra persona. Alvaro, no lo necesitaba, pero igual lo hizo. Mientras los dos recostados en la cama, se acarician y se besan. Ellos tratan de dormir, pero sus cuerpos desnudos se lo impiden. Las horas avanzan y la madrugada los encuentra juntos, Alvaro sabe que tiene que irse, despues de todo no puede dormir ahi. Pamela le ruega que se quede todo el fin de semana. Alvaro le dice que volverá. Mientras trata de escapar del sol, un beso palpitante se estrella sobre los labios de Pamela, ambos saben que es un juego. Pero se siente tan real cuando están juntos, se siente tan completa.

Alvaro, se despide y prende el celular, los mensajes empiezan a llegar. Los mensajes sin responder de sus amigos y de Jordana residen en la pantalla de su inmóvil teléfono.

Por un momento, no le importa nada.
Por un momento, lo tuvo todo.
Por un momento, se sintió completo.

 Las calles vacías, la lluvia y la oscuridad le susurran que él aun es suyo. Alvaro, sabe que el esta mejor solo, nada ni nadie puede dañarlo. 
Un Alvaro, somnoliento y ebrio de placer se desvanece en su cama. 

lunes, mayo 29

I miss you - Blink 182

Hoy la temática sera distinta, no contare la historia de Alvaro. No me esconderé entre un personaje y compartiré algo personal, esperando que algún día lo puedas leer.

Las circunstancias no son las adecuadas para conversar en persona, y quizás nunca lo sean. Lo siento, siento que tenga que ser así. Pero tengo que silenciar a estas voces que me susurran tu recuerdo, tu piel, tu calor y tu ausencia. Nunca pude superar estas cosas solo, el único método que me ayudo en el pasado fue escribir. Ahora espero que mi viejo habito se apiade de mi y me conceda la fuerza para dejarte ir.

Se que piensas que no cambiaré, y lo siento quizás estas en lo correcto. Quizás, no lo estés. Creo que ni tu, ni yo sabremos eso, hasta que pase.  Creo que nadie tiene certeza  de lo que pasará en el futuro.
Lo que si sé, es que no quisiste quedarte a averiguarlo.
Tomaste una decisión, no estoy de acuerdo, pero lo acepto y entiendo.
 Me hubiese gustado compartir tantas cosas contigo,  crecer a tu lado y caminar hacia un destino común.

Bueno, quizás no será en esta vida, pero me hubiera gustado que así fuera.

Se que fuiste clara, cuando iniciamos este juego. En realidad, ambos buscábamos cosas distintas y lo poco bueno que construimos se destruyo. Quizás tienes razón, somos muy distintos y nuestros mundos son totalmente distintos.

 Me alegra saber que lo intentamos. Me alegra habernos conocido. Me alegra saber que eres fuerte. Me alegra saber que no tienes miedo. Me alegra saber que eres única. Me alegra que por un breve momento nuestras vidas se cruzaron. Pero también, siento pena. Me apena que ya no hablemos. Me apena no verte crecer. Me apena no estar en tus momentos importantes. Me apena haber perdido a mi amiga.

Pero no quiero hablar hoy de lo que perdí, quiero contarte como fue que te vi por primera vez.

Quizás no lo recuerdes, esta es mi versión.

Yo solía dar clases, entre tanta gente que conocí, paso algo curioso. Llego un día en el cual no quise ir a trabajar, pero me suplicaron que asista. Recuerdo que era un Lunes o Martes en la noche, del año 2010 o 2011, hacia frio.  Cuando llegue solo vi un auto negro estacionado afuera de la casa donde tantos días trabaje. La puerta apenas se cerraba, llegue y como de costumbre me dirigí a la pizarra. Cuando entre, te vi sentada frente mio, con ojeras, hojas de papel y preocupación en tu rostro. La clase de Matemática financiera comenzó, me presente y cuando pregunte tu nombre. Tu voz se clavo en mis oídos, tu nombre fuera de lo común me cautivo y cuando te mire, inmediatamente me enamore. Trate de enseñarte, teníamos dos horas de clase, pero ya sabias todo. Te fuiste a la media hora, estabas cansada y necesitabas dormir. Ese día te fuiste, cogiste tus cosas, tu cuaderno y mi corazón.

Ese día, mientras te esfumabas de mi vista, recuerdo haberme dicho algo que había olvidado hasta hoy:

"Uno de estos días, besare a esa mujer"

Pensé, que al igual que todos mis anteriores alumnos, no volveríamos a cruzar caminos.

La vida es curiosa, coincidimos en la universidad, nos conocimos, nos hicimos amigos, nos reímos, nos alejamos, nos volvimos encontrar, nos volvimos a reír, nos acercamos, salimos a correr, nos acercamos aún más y 7 años después no te pude besar.

Sucedió lo más inesperado posible, me besaste.

Mi mente quedo en blanco, una explosión de emociones y un corazón acelerado.

Hoy, por diversos motivos nuestros caminos se alejan.

El tiempo nos hará crecer, la vida nos pondrá nuevos caminos.

Sabes, que mi fe no tiene Dios, pero:

  ¿Acaso no te parece raro (en una linda forma) que todo conspiró para que nos encontráramos?
 ¿Raro no?

Cosas como esta, me hacen cuestionar si estoy equivocado, acerca de mis creencias.
 Por el momento creo que el universo simplemente coopero.

Hoy me despido, sin antes recordarte algo.

" Siempre, cubriré tu espalda"

Sin, más que decirte.

Adiós!